El intendente Andrés Watson compartió junto a fieles, vecinos y vecinas la eucaristía central en el emblemático espacio verde de Villa del Plata, ubicado en calle Beruti esquina Tejedor.

De San Jorge, concurrieron Teresa y Carlos con su mesita, sillas y canasta de mate a pasar la tarde de domingo. La mujer destacó un encuentro donde evocar “nuestros orígenes, nuestro pueblo”. Definió al venerado como “un santo milagroso”.

“Después de tener Covid-19, estuve sin moverme durante dos semanas. Le hice una promesa y volví a caminar”, reveló la señora. Su esposo rememoró la llegada al distrito “en 1985 a buscar otra vida”. “Conservé los mejores recuerdos del lugar donde me crie, mis padres y abuelos”, expresó.

Con su vestimenta típica, Catalina -frentista de la zona- mostró sus habilidades en una chacarera que brindó a modo de ofrenda. “Siempre vine”, señaló sobre una festividad que sirvió para “recordar nuestra tierra natal y divertirnos”.

Al presidir la misa, el obispo auxiliar de Quilmes -Eduardo Redondo- instó “a no perder la esperanza, a pesar de las desdichas y dificultades que vivimos en el país, de las cruces en lo cotidiano”. Llamó a superar la adversidad “desde la unidad, construir juntos, hermanados y hermanadas”.  

El prelado aludió a la génesis de una creencia que comenzó “300 años atrás, en una pequeña localidad santiagueña, donde el Señor quiso hacerse presente”.

Angélica caminó unas pocas cuadras y presenció una celebración que calificó “muy reconfortante”. Encontró en “la fe una ayuda a saltar los obstáculos de todos los días”.    

Durante ambas jornadas, hubo bautismos, bendiciones y actividades vinculadas al culto. Además, la plaza nucleó stands de artesanías, comidas tradicionales y santería. En el escenario principal, artistas locales acompañaron la velada.

Estuvo el subsecretario de Gobierno – Matías Schneeberger-.