El especialista de la Comuna -Pablo Casado- destaca la importancia de “informar sobre esta problemática que día a día está en aumento”. “La misma es considerada una pandemia con el alarmante crecimiento de la obesidad y el sedentarismo. El riesgo de desarrollar esta patología será aún mayor en los próximos años”, advierte.

“Una enfermedad crónica, asintomática e irreversible que actualmente no tiene cura, pero para la que existen tratamientos. Para eso, es necesaria la realización de análisis y obtener un diagnóstico veloz”, precisó.

“En general, manifiesta pocos síntomas. Sin embargo, cuando está muy avanzada, suelen aparecer algunos indicios: mucha sed, reiteradas ganas de orinar, cansancio, incremento del apetito o pérdida de peso en forma involuntaria”, detalla el profesional para luego remarcar: “Entre los factores de riesgo encontramos la falta de actividad, la hipertensión, el hipercolesterol, antecedentes familiares, etc.”.

Casado añade: “Desde el Municipio, conformamos un equipo multidisciplinario de trabajo con distintas áreas como nutricionistas, cardiólogos, oftalmólogos y traumatólogos. Contamos con estudios de laboratorio, electrocardiogramas, entre otros exámenes vitales no solo para la revisión sino detección de las y los pacientes que permite abordar esta afección de forma adecuada”.

“Sin un seguimiento, pueden aparecer con el paso del tiempo diferentes dificultades en la visión que conducen a una retinopatía diabética y una ceguera; complicaciones no solo vasculares sino de sensibilidad en todo el cuerpo, especialmente, en las piernas que pueden derivar en amputaciones de miembros inferiores", especifica el médico.

También, indica que tanto en el corazón como en el cerebro pueden provocar "infartos agudos de miocardio o accidentes cerebrovasculares; incluso, insuficiencia renal avanzada”. Para concluir, puntualiza: “Dichas dolencias pueden evitarse con el correcto tratamiento, con un adecuado plan nutricional y ejercitación”.